En Sancti Spíritus, una torre llena de historia

En Sancti Spíritus, una torre llena de historia

14 abr. Reflejando la habilidad de los constructores de antaño (quienes demoraron 80 años en erigirla) la torre-campanario de la Iglesia Parroquial Mayor de Sancti Spíritus se convierte en el verano en una de las principales atracciones para visitantes nacionales y foráneos.

Ubicada justo en el centro histórico de la ciudad espirituana y testigo de los más disímiles acontecimientos, esta construcción pertenece a uno de los monumentos arquitectónicos más relevantes del período colonial en Cuba, de ahí que cada año cautive a todos aquellos que llegan hasta esta provincia para contemplarla.

Única a un lado del inmueble y edificada luego de la visita del obispo Espada en 1891, según recogen documentos históricos, tiene tres cuerpos cúbicos que disminuyen ligeramente en ancho y ostensiblemente en altura y llegó a ser en su momento la torre más alta de la Mayor de las Antillas.

Su altura inicial fue de 40 metros -equivalente a un edificio de 15 pisos- pero varias descargas eléctricas afectaron la cúpula y a mediados del siglo XIX se le dio el remate que aún conserva, por lo que actualmente el campanario del conocido Templo del Espíritu Santo posee 86 escalones elaborados con maderas preciosas y unos 30 metros.

Pese a las altas temperaturas, quienes se atreven a subir aseguran que allí se respira el aire fresco y se puede observar gran parte de esta ciudad del centro de Cuba. También son admirables sus enormes campanas, las cuales, al sonar, recuerdan a los pobladores que en el corazón de la otrora villa todavía se erige, majestuoso, el templo católico más antiguo de esta región.

Acompaña a la torre-campanario un reloj que da la hora hacia el norte y sur de esta ciudad, y data de 1911. Ya sus sonidos se han tornado habituales con el tiempo, pero sigue atrayendo las miradas de los transeúntes cada vez que anuncia el paso del tiempo, mientras, desde su altura, observa a los caminantes y se muestra "orgulloso" de resistir tempestades. Esta torre y la iglesia adyacente fueron declaradas Monumento Nacional el 10 de octubre de 1977.