La Botica Francesa de Matanzas, excepcional y mágica

La Botica Francesa de Matanzas, excepcional y mágica

19 oct. Con la apertura el 1 de mayo de 1964, del Museo Farmacéutico “Ernesto Triolet”, primero de su género en Latinoamérica, se abrió al público la única Botica Francesa creada en el siglo XIX que se hoy se conserva en su totalidad, fuera de Francia.

Ubicada en la ciudad de Matanzas, próxima a Varadero, la farmacia fue fundada en 1882 por el francés Ernest Triolet y el cubano Juan Fermín Figueroa, y revolucionó las rústicas y tradicionales droguerías de entonces, pues desde sus comienzos contó con los más modernos equipos para manufacturar medicamentos.

La Botica Francesa comercializaba productos importados de los laboratorios más importantes del mundo, fundamentalmente franceses. Once de estos remedios, patentados por el Dr. Triolet, recibieron medalla de bronce —conservada en el Museo— en la Exposición Mundial de París, en 1900.

La muestra del Museo Farmacéutico incluye: una bellísima colección compuesta por miles de frascos de cristal y porcelana policromada, en los que se preservaban los productos comercializados al menudeo; medicamentos originales de la época resguardados en sus frascos; las primeras ámpulas utilizadas para sueros; más de un millón de fórmulas originales de medicinas aplicadas en los siglos XIX y XX, y un valioso repertorio de etiquetas, entre otras singulares piezas museables.

Mantienen su integridad las estanterías, la biblioteca, implementos para la producción artesanal de medicamentos –destiladoras, hornos, alambiques, balanzas, retortas, moldes–; artísticos gaveteros, la mesa dispensarial, y el laboratorio –perpetuado tal como lo concibiera su creador.

Visitado por centenares de turistas, principalmente franceses, adentrarse en el Museo Farmacéutico “Ernest Triolet” es trascender las fronteras del tiempo. Patrimonio de Cuba desde el 2007, Premio Nacional de Conservación al siguiente año y propuesta para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), esta botica se describe como uno de esos espacios mágicos que marcan a las personas para toda la vida.