Restauran Ermita de la Popa en la villa de Trinidad

Restauran Ermita de la Popa en la villa de Trinidad

22 mar. En el centro sur de Cuba, la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios avanza en un ambicioso proyecto que pretende rehabilitar la Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa. Situada en el punto más alto de la ciudad, este inmueble del siglo XVIII transita por la segunda etapa, de las tres que comprende la obra.

Según informa el sitio web de la propia Oficina del Conservador, la primera fase comenzó con la reconstrucción de la calzada que conduce al santuario y concluyó recientemente. En estos momentos se trabaja en la consolidación estructural del edificio, y el tercer momento será la organización y reanimación del entorno.

Las acciones que se llevan a cabo por estos días están enfocadas a reforzar todos los elementos arquitectónicos como la espadaña, los arcos ojivales, la bóveda, las columnas y las cornisas, entre otros. Será una reconstrucción y restauración casi en su totalidad, debido al alto deterioro del inmueble, detalló Heberto Hernández González, uno de los arquitectos al frente de la obra. “La idea es que la iglesia recupere todos los elementos identitarios, incluyendo las campanas”, señaló el especialista.

La Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa, cuya fecha de construcción oscila entre 1715 y 1720 según investigadores, está enclavada al pie de colina de la Vigía. Un ciclón afectó a la localidad en 1812 y causó daños principalmente en su cubierta, por lo que fue remozada, y adquirió la fisonomía con la cual llegó hasta la actualidad. En sus inmediaciones se inauguró en el año 2019 un hotel gestionado por el grupo Cubanacán, distinguido por sus sofisticados espacios y la personalización del servicio.

El centro histórico urbano de Trinidad, junto al Valle de los Ingenios, fue declarado en 1988 por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, además la villa ostenta las condiciones de Ciudad Artesanal del Mundo y Ciudad Creativa. Mansiones, palacetes, calles empedradas y otros detalles de su arquitectura caracterizan a la urbe centro sureña, la tercera de las siete primeras fundadas por los conquistadores españoles en Cuba.