12 oct. En el centro histórico de Santiago de Cuba, el emblemático Teatro Martí reanudó sus espectáculos tras concluir las labores de reparación y remozamiento que le devolvieron el esplendor patrimonial de sus 115 años.
Inaugurado el 17 de agosto de 1905 como teatro de variedades, el Martí se ha transformado para diversas encomiendas escénicas y musicales, entre las cuales se recuerda la puesta consagrada a evocar a La Lupe, singular artista santiaguera fallecida en Nueva York.
Con un cuidadoso trabajo de restauración que respetó sus características arquitectónicas, el coliseo restañó las huellas del tiempo en sus estructuras principales, desde el techo y las paredes hasta las butacas, las luminarias, cabinas y camerinos.
“Se cambiaron totalmente la cubierta y el cielo raso; fueron repelladas todas las paredes y arreglados los baños del primer piso y del segundo; la cabina de audio y luces es casi nueva; las luminarias del lobby abajo y arriba fueron sustituidas por lámparas finas; las 300 butacas de la platea son nuevas; las 215 del balcón están en magníficas condiciones; las escaleras y la decoración en general también fueron mejoradas, y salones y camerinos. El Martí está como nuevo” detalló su directora María del Carmen Armiñán Heredia.
La renovación de esa institución cultural se inserta en el programa de desarrollo citadino que celebra los 500 años de la urbe y cuyas acciones se vienen ejecutando desde el año 2015.
Autoridades de la Oficina del Conservador de la Ciudad reconocen la sistematicidad en el trabajo de resguardo patrimonial en la séptima villa fundada por los españoles en el archipiélago, a pesar de las complejas circunstancias epidemiológicas asociadas a la Covid-19.
Uno de los hitos recientes en esas faenas fue la iluminación moderna y monumental del parque Céspedes y su entorno, ubicados en el anillo cero que cobijará al Museo del Frente Guerrillero José Martí, que fuera comandado por Fidel Castro en la última etapa de la gesta insurreccional cubana.
Junto a la Sala de Conciertos Dolores y el recientemente recuperado teatro para niños Guiñol, ubicados también en el corazón citadino, el Martí completa un circuito de opciones culturales en un ámbito privilegiado de la segunda ciudad de Cuba.