15 abr. La península de Guanahacabibes, situada en el extremo occidental de Cuba, constituye uno de los espacios naturales más valiosos del país. Desde 1987 ostenta el título de Reserva de la Biosfera otorgado por la UNESCO, además de formar parte de los 14 Parques Nacionales cubanos con una extensión que supera las 39 mil hectáreas. Su aislamiento geográfico, a más de 130 kilómetros de Pinar del Río, ha sido fundamental para preservar este ecosistema único donde conviven apenas 1,300 habitantes distribuidos en cuatro pequeñas comunidades.
Mario Borrego, responsable de Educación Ambiental del parque, explicó a Prensa Latina que este territorio ofrece múltiples opciones para el ecoturismo. Entre ellas destacan los senderos interpretativos como el que conduce a Cueva Las Perlas, considerada la mayor de las más de 150 cavernas exploradas en la zona. Los visitantes pueden realizar excursiones de hasta cinco horas hacia el cabo de San Antonio, con paradas para observar la rica avifauna, o recorrer el singular Sendero del Bosque al Mar que desemboca en La Poza Redonda, una impresionante dolina junto al mar.
Durante los meses de verano, el principal atractivo lo constituye el avistamiento de tortugas marinas en Playa La Barca, donde cada año desovan cerca de 800 ejemplares. Desde 1998, un proyecto conjunto entre universidades cubanas y la comunidad local trabaja en la protección de estas especies, convirtiendo a Guanahacabibes en el sitio más importante de Cuba para su conservación. El parque también alberga una significativa población de cocodrilos americanos en sus humedales y ofrece la posibilidad de observar los imponentes farallones que bordean su costa sur.
El patrimonio natural de la península incluye más de 700 especies vegetales, con 15 endémicas locales, y una fauna diversa donde sobresalen 200 tipos de aves que utilizan la zona como corredor migratorio. Entre los mamíferos destaca un murciélago endémico que solo habita en la Cueva La Barca, reconocida a nivel latinoamericano por su importancia científica. Los cambios climáticos han alterado los ciclos reproductivos de especies como los cangrejos terrestres, cuyas poblaciones comienzan su etapa de apareamiento antes de lo habitual.
En el ámbito marino, Guanahacabibes posee una riqueza excepcional con más de 200 especies de peces de arrecife y una notable variedad de corales, incluyendo el preciado coral negro. Sus fondos marinos, considerados entre los mejor conservados del Caribe, han recibido el reconocimiento internacional SPOT, compartido en Cuba solo con la Ciénaga de Zapata y los Jardines de la Reina. Completan este escenario natural el histórico Faro Roncalli, en funcionamiento desde 1850, y las cristalinas aguas de Playa El Francés, cercana al centro turístico Villa Gaviota.
La combinación de valores naturales y culturales convierte a Guanahacabibes en un destino único, donde tradiciones como la apicultura -practicada por algunas familias durante cuatro generaciones- se entrelazan con los esfuerzos de conservación. Este rincón del occidente cubano ofrece experiencias irrepetibles para quienes buscan conectar con la naturaleza en su estado más puro, manteniendo un delicado equilibrio entre la protección ambiental y el turismo sostenible.