La Cabaña, símbolo de la arquitectura militar en Cuba

La Cabaña, símbolo de la arquitectura militar en Cuba

20 may. Justo a la entrada de la bahía habanera, la fortaleza San Carlos de la Cabaña es una de las edificaciones insignia de la ciudad, y un interesante ejemplo de la arquitectura militar colonial en América Latina.

La fortaleza comenzó a construirse en 1763, tras la devolución de La Habana por las fuerzas inglesas a cambio de La Florida, lo que restituyó a la corona española el control de la Mayor de las Antillas. El proyecto, bajo la dirección del brigadier Don Silvestre Abarca, se extendió por la alta ribera Este del puerto de La Habana. Desde sus comienzo s se manifestó como un lugar estratégico para el control de la principal entrada marítima, y para el fortalecimiento del circuito que formaban otras edificaciones militares al lado opuesto de la bahía.

La construcción, terminada en 1774, forma un polígono compuesto por baluartes, revellines, fosos, camino cubierto, cuarteles y almacenes que evidencia el cambio en los sistemas defensivos durante el siglo XVIII, debido a los progresos de la artillería.

Catalogada como la obra cumbre del sistema defensivo abaluartado de su tiempo, la fortaleza albergó la comandancia de Ernesto Che Guevara tras el triunfo de la Revolución en 1959.

Posteriormente se convirtió en museo y sede de importantes eventos nacionales e internacionales, entre ellos, la Feria del Libro, principal certamen literario en Cuba.

Muy cerca de La Cabaña, el Castillo de los Tres Reyes del Morro, construido en 1630, complementa el sistema defensivo de lo alto de la bahía y convierte en un privilegiado lugar al este de la ciudad capital, también escenario de una peculiar tradición.

Durante la etapa colonial, dos disparos de cañón anunciaban la apertura y cierre de las puertas de la muralla que rodeaba La Habana, así como de las cadenas entre los castillos de La Punta y el Morro que controlaban la entrada del puerto.

Tras la construcción de La Cabaña, la detonación se efectuaba, indistintamente, desde el puerto o desde la Fortaleza. Sin embargo, con el derribo de la muralla, la costumbre continuó como una tradición hasta la actualidad a las 21:00 horas.

Conocido para los cubanos como el Cañonazo de las Nueve, el disparo ha devenido espacio de atracción turística por la recreación del momento en que los soldados, a la usanza del siglo XVIII, avisaban el cierre de toda la ciudad.Esta ceremonia es uno de los atractivos más populares que el recinto ofrece a sus visitantes. Aunque hoy se realiza sin público como parte de las acciones para enfrentar la COVID-19, te la proponemos como una interesante opción en tus próximos viajes a la isla.