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5 dic. El Comité Intergubernamental de la Unesco, reunido en Etiopía, anunció el pasado día 30 de noviembre la inclusión de la rumba cubana en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo que es "una expresión de autoestima y resistencia que contribuye a la formación de la identidad nacional”.
La rumba, que surgió en las barriadas urbanas pobres de Cuba, está vinculada a la cultura africana, pero también posee algunos elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español. “Por su naturaleza integradora y diversidad cultural, se convierte en una expresión de amplio alcance social”, destacó la Unesco.
“La rumba permite igualmente incrementar la visibilidad de los elementos de culturas tradicionales populares de América Latina, desarrolladas por los sectores marginalizados de la sociedad, y favorece el reconocimiento del rol de la población africana en la identidad cultural de América”, señala.
Un análisis previo realizado por especialistas de la organización internacional reconoció a la rumba como un estilo expresivo de música y danza, que descansa sobre formas de comunicación verbales (cantos y sonidos vocales) y no verbales (gestos y lenguaje corporal).
En Cuba, la rumba se practica en círculos familiares, de vecinos y en eventos festivos o religiosos. El Callejón de Hamel y el Palacio de la Rumba, en la Habana; el barrio de La Marina en Matanzas y la Casa del Caribe en Santiago de Cuba, se cuentan entre los sitios de mayor tradición rumbera en la mayor de las Antillas. Agrupaciones como Los Papines y Los Muñequitos de Matanzas han dejado su sello indiscutible en esta manifestación cultural que mezcla tradición y contemporaneidad.
Formado por representantes de 24 países firmantes, el Comité Intergubernamental de la Unesco se reúne una vez al año para examinar el funcionamiento de la Convención y las candidaturas de inscripción en sus listas.