El refugio de Hemingway en La Habana

El refugio de Hemingway en La Habana

24 mar. En San Francisco de Paula, a las afueras de La Habana, se encuentra la Finca-Museo Vigía, que sirvió de refugio por más de dos décadas al célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway (desde 1940 y hasta fecha cercana a su muerte en 1961). Hoy, es un sitio de gran interés que permite conocer de primera mano la vida del Premio Nobel en tierras cubanas.

La antigua morada del autor de “El viejo y el mar” emerge entre una exuberante vegetación tropical que imprime al lugar un ambiente agradable y acogedor. Recorrerla es como volver a la época en que la habitaba Hemingway.

Allí se puede descubrir el yate Pilar, embarcación que el escritor utilizó tantas veces en sus aventuras marítimas por las cayerías de los Jardines del Rey. En el Pilar, Ernest Hemingway halló la inspiración para escribir “El viejo y el mar”, “Adiós a las armas”, “Las nieves del Kilimanjaro” y “Por quién doblan las campanas”.

 Como testigos del tiempo, también se guardan allí importantes documentos, piezas y objetos de marcado interés histórico.

En un recorrido por la Finca, el visitante puede apreciar la sala principal -con su mobiliario original-, donde se recibía a los visitantes célebres que tuvo la familia; la biblioteca que guarda más de mil libros; y el comedor, que por su diseño y mobiliario semeja una taberna española. Asimismo, destaca la torre, una construcción añadida en 1947 al lado izquierdo del fondo de la casa. Consta de tres pisos y su altura es de 12 metros, funge actualmente como sala de exposiciones transitorias, e incluye no sólo piezas del museo, sino también obras de artistas plásticos que buscan inspiración en la vida y obra de Ernest Hemingway.

Según palabras de  Gabriel García Márquez, “La Habana, en general, y Finca Vigía en particular, fueron la única residencia de veras estable que tuvo Hemingway en su vida. Allí pasó casi la mitad de sus años útiles de escritor, y escribió sus obras mayores”.

En el año 1960 Hemingway dejó la casa y su intención de retornar a ella se frustró  con su suicidio un año más tarde. Su última esposa, Mary Welsh, donó al gobierno cubano la finca con la mayoría de sus pertenencias. El 21 de julio de 1962, la Finca devino oficialmente un museo, primera institución creada en el mundo para divulgar la vida y la obra del brillante escritor.